dissabte, 26 de novembre del 2016

Maestros de la poesía vol.5

TRILCE
XXXIV


Se acabó el extraño, con quien, tarde
la noche, regresabas parla y parla.
Ya no habrá quien me aguarde,
dispuesto mi lugar, bueno lo malo.

Se acabó la calurosa tarde;
tu gran bahía y tu clamor; la charla
con tu madre acabada
que nos brindaba un té lleno de tarde.

Se acabó todo al fin: las vacaciones,
tu obediencia de pechos, tu manera 
de pedirme que no me vaya fuera.

Y se acabó el diminutivo, para
mi mayoría en el dolor sin fin
y nuestro haber nacido así sin causa.






POEMAS EN PROSA
EL BUEN SENTIDO


Hay, madre, un sitio en el mundo que se llama París. 
Un sitio muy grande y lejano y otra vez grande.

Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque
empieza a nevar, sino para que empiece a nevar.

La mujer de mi padre está enamorada de mí, viniendo
y avanzando de espaldas a mi nacimiento y de pecho
a mi muerte. Que soy dos veces suyo: por el adiós y por
el regreso. La cierro, al retornar. Por eso me dieran tánto
sus ojos, justa de mí, in fraganti de mí, aconteciéndose
por obras terminadas, por pactos consumados.

Mi madre está confesa de mí, nombrada de mí. ¿Cómo
no da otro tanto a mis otros hermanos? A Víctor, por
ejemplo, el mayor, que es tan viejo ya, que las gentes
dicen: ¡Parece hermano menor de su madre! ¡Fuere porque
yo he viajado mucho! ¡Fuere porque yo he vivido más!

Mi madre acuerda carta de principio colorante a mis
relatos de regreso. Ante mi vida de regreso, recordando
que viajé durante dos corazones por su vientre, se ruboriza
y se queda mortalmente lívida, cuando digo, en el 
tratado del alma: Aquella noche fui dichoso. Pero, más
se pone triste; más se pusiera triste.

-Hijo, ¡cómo estás viejo!

Y desfila por el color amarillo a llorar, porque me
halla envejecido, en la hoja de espada, en la desembocadura
de mi rostro. Llora de mí, se entristece de mí.
¿Qué falta hará mi mocedad, si siempre seré su hijo?
¿Por qué las madres se duelen de hallar envejecidos a sus
hijos, si jamás la edad de ellos alcanzará a la de ellas?
¿Y por qué, si los hijos, cuanto más se acaban, más se
aproximan a los padres? ¡Mi madre llora por que estoy
viejo de mi tiempo y porque nunca llegaré a envejecer 
del suyo!

Mi adiós partió de un punto de su ser, más externo
que el punto de su ser al que retorno. Soy, a causa del
excesivo plazo de mi vuelta, más el hombre ante mi madre
que el hijo ante mi madre. Allí reside el candor que hoy
nos alumbra con tres llamas. Le digo entonces hasta que
me callo:

-Hay, madre, en el mundo un sitio que se llama
París. Un sitio muy grande y muy lejano y otra vez 
grande.

La mujer de mi padre, al oírme, almuerza y sus ojos
mortales descienden suavemente por mis brazos.




CÉSAR VALLEJO  (1892-1938)


dissabte, 5 de novembre del 2016

Maestros de la poesía vol.4

ANCIA.
LA TIERRA.


Un mundo como un árbol desgajado.
Una generación desarraigada.
Unos hombres sin más destino que
apuntalar ruinas.

Rompe el mar
en el mar, como un himen inmenso,
mecen los árboles el silencio verde,
las estrellas crepitan, yo las oigo.

Sólo el hombre está solo. Es que se sabe
vivo y mortal. Es que se siente huir
-ese río del tiempo hacia la muerte-.

Es que quiere quedar. Seguir siguiendo,
subir, a contra muerte, hasta lo eterno.
Le da miedo mirar. Cierra los ojos
para dormir el sueño de los vivos.

Pero la muerte, desde dentro, ve.
Pero la muerte, desde dentro, vela.
Pero la muerte, desde dentro, mata.

...El mar -la mar-, como un himen inmenso,
los árboles moviendo el verde aire,
la nieve en llamas de la luz en vilo...






ENTONCES Y ADEMÁS


Cuando el llanto, partido en dos mitades,
cuelga, sombríamente, de las manos,
y el viento, vengador, viene y va, estira
del corazón, ensancha el desamparo.

Cuando el llanto, tendido como un llanto
silencioso, se arrastra por las calles
solitarias, se enreda entre los pies,
y luego suavemente se deshace.

Cuando morir es ir donde no hay nadie,
nadie, nadie; caer, no llegar nunca,
nunca, nunca; morirse y no poder
hablar, gritar, hacer la gran pregunta.

Cuando besar una mujer desnuda
sabe a ceniza, a bajamar, a broza,
y el abrazo final es esa franja
sucia que deja, en bajamar, la ola.

Entonces, y también cuando se toca
con las dos manos el vacío, el hueco,
y no hay donde apoyarse, no hay columnas
que no sean de sombra y de silencio.

Entonces, y además cuando da miedo
ser hombre, y estar solo es estar solo,
nada más que estar solo, sorprenderse
de ser hombre, ajenarse: ahogarse solo.

Cuando el llanto, parado ante nosotros...





BLAS DE OTERO  (1916-1979).



dissabte, 6 d’agost del 2016

haikús vol.15

Mar congelado
viaja en su témpano
el oso polar






Control perdido
imploro de rodillas
el viejo ritual






Imaginación
la vida es un cuento
que acaba mal






Nave espacial
orbita alrededor
de tu estrella






Pájaro cantor
melodía diurna
silencio lunar






Todos los haikus publicados hasta ahora en este blog están registrados en Copyrighted,
su código es el 5LCB-E6YJ-7HGC-PIX3.
Todos los derechos reservados.


dissabte, 30 de juliol del 2016

haikús vol.14

Playa remota
paraíso postrero
mar esmeralda






Luna de mármol
detrás de una esquina
el Sol se quema






Noche sensible
dos mundos enfrentados
Sol a cuchillo






Jardín de lodo
bifurcación oscura
lágrimas negras






Noche robada
capricho pasajero
besos salados






Locura roja
en mi sangre caliente
hay restos de ti






Quisiera licuar
mis dos almas turbadas 
en sorbos de miel






dissabte, 16 de juliol del 2016

haikús vol.13

Agua salada
miedo a la espuma
Sol efímero






Carácter fuerte
oscura amalgama
de duendes ebrios







Cumbres nevadas
pánico al abismo
nubes a tiro






Miedo al azul
aviones amenazan
la paz del hogar






Cayó de bruces
contra un muro blanco
pintado con cal






dissabte, 9 de juliol del 2016

libertad para mi verso vol.2

Nunca se sabe lo que vale una promesa.
Un día nos sorprende en la cresta de la ola
y al otro buceamos entre arrecifes muertos.

Sumergidos en un barril de vino agrio,
suspirando incomprensiones a través de las ventanas...
...el recuerdo de mis muslos manchados de arena
murió calcinado en aquella tarde oblicua.

Los cuchillos guardados en sus fundas,
no hacen falta cuando matan los silencios;
silencios amargos chocando en los vasos,
hielo quemando las noches perdidas...

...así mueren las falsas promesas,
así se pierden los paraísos.
Un día la gloria, al otro el cadalso,
quemando en la hoguera está mi vacío.







Registrado en Safe Creatives, número de código 1504073793412.
Todos los derechos del texto reservados.


dissabte, 18 de juny del 2016

Maestros de la poesía vol.3






LA ESTACIÓN VIOLENTA.
MÁSCARAS DEL ALBA.


Sobre el tablero de la plaza
se demoran las últimas estrellas.
Torres de luz y alfiles afilados
cercan las monarquías espectrales.
¡Vano ajedrez, ayer combate de ángeles!

Fulgor de agua estancada donde flotan
pequeñas alegrías ya verdosas,
la manzana podrida de un deseo,
un rostro recomido por la luna, 
el minuto arrugado de una espera,
todo lo que la vida no consume,
los restos del festín de la impaciencia.

Abre los ojos el agonizante. 
Esa brizna de luz que tras cortinas
espía al que la espía entre estertores
es la mirada que no mira y mira,
el ojo en que espejean las imágenes
antes de despeñarse, el precipicio
cristalino, la tumba de diamante:
es el espejo que devora espejos.

Olivia, la ojizarca que pulsaba,
las blancas manos entre cuerdas verdes,
el arpa de cristal de la cascada,
nada contra corriente hasta la orilla
del despertar: la cama, el haz de ropas,
las manchas hidrográficas del muro,
ese cuerpo sin nombre que a su lado
mastica profecías y rezongos
y la abominación del cielo raso.
Bosteza lo real sus naderías,
se repite en horrores desventrados.

El prisionero de sus pensamientos
teje y desteje su tejido a ciegas,
escarba sus heridas, deletrea
las letras de su nombre, las dispersa,
y ellas insisten en el mismo estrago:
se engastan en su nombre desgastado.
Va de sí mismo hacia sí mismo, vuelve,
en el centro de sí se para y grita
¿quién va? y el surtidor de su pregunta
abre su flor absorta, centellea,
silba en el tallo, dobla la cabeza,
y al fin, vertiginoso, se desploma
roto como la espada contra el muro.

La joven domadora de relámpagos
y la que se desliza sobre el filo
resplandeciente de la guillotina;
el señor que desciende de la luna
con un fragante ramo de epitafios;
la frígida que lima en el insomnio
el pedernal gastado de su sexo;
el hombre puro en cuya sien anida
el águila real, la cejijunta
voracidad de un pensamiento fijo;
el árbol de ocho brazos anudados
que el rayo del amor derriba, incendia
y carboniza en lechos transitorios;
el enterrado en vida con su pena;
la joven muerta que se prostituye
y regresa a su tumba al primer gallo;
la víctima que busca a su asesino;
el que perdió su cuerpo, el que su sombra,
el que huye de sí y el que se busca
y se persigue y no se encuentra, todos,
vivos muertos al borde del instante
se detienen suspensos. Duda el tiempo,
el día titubea.

Soñolienta
en su lecho de fango, abre los ojos
Venecia y se recuerda: ¡pabellones
y un alto vuelo que se petrifica!
Oh esplendor anegado...
Los caballos de bronce de San Marcos
cruzan arquitecturas que vacilan,
descienden verdinegros hasta el agua
y se arrojan al mar, hacia Bizancio.
Oscilan masas de estupor y piedra,
mientras los pocos vivos de esta hora...
Pero la luz avanza a grandes pasos,
aplastando bostezos y agonías.
¡Júbilos, resplandores que desgarran!
El alba lanza su primer cuchillo.

Venecia, 1948.





LADERA ESTE.
HIMACHAL PRADESH (3).


5 pequeñas abominaciones
vistas, oídas, cometidas:

El festín de los buitres.
Comieron tanto que no pueden volar.
No muy lejos, sobre una peña,
un águila tullida
espera su resto de carroña.

En la veranda del dak bungalow
el barrister de Nagpur pesca al extranjero
y en un inglés enmelado le ofrece un trago,
un cesto de ciruelas de su huerta, un mapa,
un almuerzo de curry,
noticias veridicas del país,
el balcón de su casa con una vista
única...Su mujer lo observa, oblicua,
mascullando injurias en hindustani.

Ya por tomar el fresco o sorprender
ese momento de armisticio
en que la media luna es verdadera
mente blanca y el sol es todavía el sol,
se asoma al aire la pareja de viejitos.
Se animan, resucitan
una pasión feroz de insectos.
Sonaja de semillas secas:
la hora de las recriminaciones.

En el patio del club seis eucaliptos
se ahogan en una casi luz casi miel,
tres ingleses supervivientes del British Raj
comentan con un sikh el match de cricket en Sidney,
unas matronas indias juegan bridge,
un paria lava el piso en cuclillas
y se eclipsa, un astro negro
se abre en mi frente como una granada
(EN PARÍS PRENDEN FUEGO A LA BOLSA,
TEMPLO DEL CAPITALISMO),
los pinos ensombrecen la colina.

Polvo y gritos de pájaros
sobre la tarde quemada.
Yo escribo estas líneas infames.





OCTAVIO PAZ (1914-1998)



dissabte, 4 de juny del 2016

libertad para mi verso vol.1






Quisiera contarte una historia 
de fracasos que se cuentan desde arriba;
de un amor abstracto nutrido por el tiempo
que no se atreve a salir de su cueva.

Con la fuerza exacta de una nube,
con las encías gastadas del sabor a tierra,
exploro mi nueva condición de mordaza,
barajo sentimientos expresados con sordina.

De los cambios se aprende,
dijo un transformista,
y el que no se adapte que deje paso
a las tiernas mariposas con pasado de oruga.

Aprovecharé esta calma para enamorarte,
esta falsa calma atiborrada de pastillas,
y si la vida me premia con un nuevo fracaso
dedicaré mis horas a firmar cuadros ajenos...

...y a visitar palacetes con olor a jabón.





Registrado en Safe Creatives, número de código 1504073793412.
Todos los derechos del texto reservados.


dissabte, 28 de maig del 2016

Maestros de la poesía vol.2

VEINTE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA.
15


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma,
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio,
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.






WALKING AROUND


Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable como un cisne de fieltro
navegando en un mar de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana.
Sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por la calle con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.





PABLO NERUDA (1904-1973)



dissabte, 21 de maig del 2016

Maestros de la poesía vol.1






CAMPOS DE CASTILLA. 
PROVERBIOS Y CANTARES


XXIX

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas en la mar.

LIII

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes 
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.






ANTONIO MACHADO (1875-1939)


(Posdata: hoy empiezo nueva sección en mi blog, con nueva etiqueta, aquí publicaré los poemas que realmente me impacten de lo que vaya leyendo en papel. Mucha gente en Internet lo hace, no soy al primero que se le ocurre precisamente, jajaja...un abrazo a todos los que os paséis por aquí, buen fin de semana....) 



dilluns, 16 de maig del 2016

Días para morir en el paraíso, de Jaime Molina García

Como todo lo que rodea a Jaime Molina García genera revuelo, la publicación de su última y séptima novela, de factoría profesional, Días para morir en el paraíso, no fue menos. Luego de la publicación de La Fundación 2.1 y su evidente irrupción en el mercado editorial español, Jaime repite la fórmula que lo ha llevado a convertirse en uno de los escritores con mayores recursos del panorama actual.
Días para morir en el paraíso, aunque de manera más imprecisa, vuelve a escenarios distópicos y futuros inciertos, normalmente carcomidos por la dudosa moral de una especie humana que se empeña en la autodestrucción. Sin embargo, aquí termina toda similitud con su anterior novela, puesto que, si se quiere, Días para morir en el paraíso alcanza una madurez superior, tanto en la historia como en la complejidad temática, una obra de ciencia ficción mucho más definida y elaborada, desde el comienzo, como un thriller oscuro: señal inequívoca que llevan las grandes obras del género.
Días para morir en el paraíso se sitúa en un mundo-futuro contaminado en el que los habitantes deben pagar por el aire, como hoy se paga por el agua, para sobrevivir. Naturalmente, ese mundo de nombre Antagón, está controlado por una corporación que ostenta el monopolio del aire, encarnada por el magnate Volpi, que su muerte ha levantado una tormenta de suspicacias. A partir de allí, la historia va in crescendo y se lee con agilidad y ansiedad.
El agente Vidal —un antihéroe con miserias y bajezas— es reclutado por el poderoso Ministerio de Información con el fin de desentrañar pequeños casos sin importancia, pero la soledad y el aburrimiento lo llevarán por caminos vedados a personas de baja estopa, hasta toparse con un antiguo archivo que le señala una pista que no podrá dejar escapar: posiblemente el multimillonario Volpi siga vivo y esté preparando su próxima jugada. Para localizarlo, Vidal deberá seguir las pistas que dejaron Renian, su predecesor en el cargo y Antera, una ecoactivista que en el pasado fue confidente y amante de Renian.

Como en el viaje de autoconciencia que emprende Ulises, también Vidal descubrirá que todo cuanto creía está construido sobre una mentira y que para conocer la verdad tendrá que estar dispuesto pagar un precio muy alto. Erigida sobre todos los ingredientes que hacen a la ciencia ficción un género fascinante —intriga, imaginación, originalidad, redención—, Días para morir en el paraíso se destaca por su buena factura, una obra para recomendar y guardar a Jaime Molina García en el rincón de autores preferidos.






dissabte, 14 de maig del 2016

Ocaso






Caminaron por la senda bajo la ecléctica red que formaban las ramas entrelazadas de los pinos, pisando la mullida alfombra que ofrecían los resecos manojos de agujas caídos al suelo. El camino estaba plagado de excursionistas, siendo un domingo embutido en mitad de un largo puente, pero la falta de intimidad era un precio razonable a pagar a cambio de la belleza del paisaje. Llegaron a la primera gorga, la más grande del itinerario, y ante la muchedumbre que se bañaba o se hacía fotos en la orilla decidieron buscar la siguiente, más pequeña, más escondida, a la que se llegaba tras un tramo de ligera cuesta abajo. Se bañaron en el agua gélida, sacaron buenas fotos, la luz le daba al agua unos tonos verde azulados dignos de la paleta de un pintor experto, y cuando el Sol desapareció detrás del muro por el que fluía la corriente de  agua se vistieron, se rozaron distraídamente los labios y reemprendieron la caminata con el cuerpo aún tonificado por el chapuzón. Se bañaron en las tres gorgas que encontraron, a pesar del frío que hacía cuando el Sol se ocultaba, y bien entrada la tarde volvieron a encontrarse en el camino que llevaba al albergue. Somnolientos, con las piernas pesadas, con el cuerpo acribillado por las agujas de la sangre desperezada, se cogieron de la mano, se sonrieron, volvieron a juntar los labios, y ella rodeó la cintura de él con su fino brazo cargado de pulseras. Medio kilómetro antes de llegar al albergue había un mirador con vistas al valle, por allí se ponía el Sol todas las tardes, y esa tarde la puesta de Sol era naranja, como una bombona de butano, como una naranja de Valencia, como un chaleco reflectante...se sentaron en un banco y la miraron embobados, sin mediar palabra, sus lenguas estaban perezosas y resecas y no querían participar del momento, de aquel colofón colorista a una tarde bien aprovechada. Ella simplemente posó la cabeza en el hombro de él y suspiró, y así se quedaron hasta que el Sol se zambulló en el horizonte. No pensaban en nada, habían conseguido un momento perfecto y, vaya...todos sabemos lo caro que va eso.





Pintura cedida por CLOTILDE ROMÁN


Registrado en Safe Creatives, número de código 1604137218025.
Licencia Creative Commons de Reconocimiento.



dissabte, 30 d’abril del 2016

comentari a "2039"







Que no s'espanti la gent que no entengui el català, que sota d'aquestes líneas escriuré una traducció al castellà. Fa molt de temps que no escric un comentari en català, ja que vaig decidir no comentar els contes curts que etiqueto com a microrelats. Escric en català perquè m'agrada fer-ho, és la meva segona llengua, i a més perquè m'agradaria encarregar-me de les traduccions dels meus llibres, del castellà al català, encara que sé que tindré problemes amb els pronoms febles, una característica gramatical del català que és molt enrevessada. Bé, però, ¿qui pot saber com acabarà la meva aventura literària? Potser no caldran mai les traduccions, vés a saber...però vaja, anem al grà...he decidit comentar aquest conte que vaig publicar dissabte passat perquè vaig emprar l'etiqueta "somnis", i no la de "microrelats". Sobre el conte hi ha poc a dir, només que vaig voler visualitzar una relació en la qual no tot són floretes, una relació amb dificultats, farda, turbulenta, complicada per l'hostilitat del fill de la dona envers el seu padrastre. Jo, pobre de mí, que encara crec en les relacions idíl·liques, vaig pensar que em convenia escriure un conte així. El vaig encabir en somnis per la data del títol, 2039, i perquè les dates dels diaris dels protagonistes fan referència al 23 d'abril, on a Catalunya es celebra el dia del seu patró, Sant Jordi. La llegenda de Sant Jordi sempre m'ha fascinat, des de ben petit, una llegenda que any rere any ens portava a reescriure-la al colegi i a fer roses de paper a classe de plàstica. Per a qui no conegui aquesta tradició l'hi explico...a Catalunya, al dia de Sant Jordi, era tradició (una tradició una mica sexista, jutgin vostès mateixos), que les parelles es fessin regals. La dona havia de comprar un llibre a l'home i aquest havia de regalar una rosa a la seva muller. Ara la cosa ha canviat una mica, i les dones també tenen el seu llibre. Però el que em fascinava de la llegenda no eren aquests regals, altrament la llegenda en si  mateixa. Un drac segresta una princesa, i el cavaller Sant Jordi lluita amb ell per poder rescatar-la. Clava la seva llança al cor del drac, i de la sang que cau a terra neix una rosa que Sant Jordi talla i regala a la princesa. No sé quin és l'origen de la llegenda, aquest cavaller és patró de nombroses regions, països i ciutats del món, però a mi m'agradaria parlar de l'hipotètic valor simbòlic d'aquesta rondalla. Un amic meu em va dir, i suposo que ho hauria llegit en algun lloc, que el drac, aquest animal mitològic que tant de joc ha proporcionat a la literatura fantàstica de totes les èpoques, simbolitza l'energia sexual, i que el cavaller, per aconseguir els favors de la princesa, primer ha de dominar aquesta energia sexual. ¿Serà fidel aquesta interpretació simbòlica? La qüestió és que potser és equivocada, però és creïble, donada la facilitat de la nostra cultura (diguin-li cultura, tradició o religió) per reprimir els nostres impulsos sexuals en benefici d'una més gran capacitat de treball. Però en això ja no entraré, només diré que la sexualitat ha de ser lliure, però que ser addicte al sexe és terrible. I...doncs no sé jo si afegir gaire res...ah, sí, que m'agradaria que la tradició rosa-llibre fos declarada oficialment dia dels enamorats, que els trets d'identitat propis (i no em refereixo només als catalans, ho dic en general) no s'han de perdre, encara que vaig passejar molt per Barcelona aquell dia (de fet, ja es veu a la foto, vaig estar en un post tractant de vendre llibres), i, vaja, la tradició està en plena forma. Res més, salut, ara la traducció...







TRADUCCIÓ


Y ahora, en castellano. He decidido comentar el cuento que publiqué el sábado porque usé la etiqueta "sueños", y no la de "microrelatos", y los micros no los comento, sólo lo hice con el primero. Sobre el cuento no hay mucho que decir, sólo que quise visualizar una relación en la que no todo son flores, una relación dificultosa, farragosa, turbulenta, complicada por la hostilidad del hijo de la mujer hacia su padrastro. Yo, pobre de mí, que aún creo en las relaciones idílicas, pensé que me convenía escribir un cuento así. Lo ubiqué en sueños por la fecha del título, 2039, y por las fechas de los diarios de los protagonistas, que hacen referencia al 23 de abril, donde en Cataluña se celebra el dia de su patrón, San Jorge. La leyenda de San Jorge siempre me ha fascinado, desde pequeño, una leyenda que nos llevaba año tras año a reescribirla en el colegio y a hacer rosas de plástico en clase de plástica. Para quien no conozca esta tradición se la explico. En Cataluña, en el día de San Jorge, era tradición (una tradición un poco sexista, juzguen ustedes mismos), que las parejas se intercambiaran regalos. La mujer tenía que regalar un libro al hombre, y este tenía que regalar una rosa a su mujer. Ahora la cosa ha cambiado un poco, y las mujeres también tienen su libro. Pero lo que me fascinaba de la leyenda no eran estos regalos, sino la leyenda en sí misma. Un dragón secuestra a una princesa, y el caballero San Jorge lucha contra él para poder rescatarla. Clava su lanza en el corazón del dragón, y de la sangre que cae en la tierra nace una rosa que el caballero corta y regala a la princesa. No sé cuál es el origen de la leyenda, este caballero es patrón de numerosas regiones, países y ciudades del mundo, pero a mí me gustaría hablar del hipotético valor simbólico de esta fábula. Un amigo mío me dijo, y supongo que lo habría leído en algún sitio, que el dragón, este animal mitológico que tanto juego ha dado a la literatura fantástica de todas las épocas, simboliza la energía sexual, y que el caballero, para conseguir los favores de la princesa, primero ha de dominar dicha energía sexual. ¿Será fiel esta interpretación simbólica? La cuestión es que quizás sea un error, pero es creíble, dada la facilidad de nuestra cultura (llámenle cultura, tradición o religión) para reprimir nuestros impulsos sexuales en aras de una mayor capacidad de trabajo. Pero en esto ya no entraré, sólo diré que la sexualidad debe ser libre, pero que ser adicto al sexo es terrible. I...pues ya no sé si añadir algo más...ah, sí, que me gustaría que la tradición rosa-libro fuese declarada oficialmente día de los enamorados, que los rasgos de identidad propios (y no me refiero sólo a los catalanes, lo digo en general) no se han de perder, aunque paseé mucho por Barcelona aquel día (de hecho, ya se ve en la foto, estuve en un puesto intentando vender libros), y, bueno, la tradición está en plena forma. Nada más, salud, y un abrazo para todo el que se pase por aquí. Hasta el sábado que viene...








dijous, 21 d’abril del 2016

2039







23 de abril de 2039:

Los principios fueron duros para mí; el verte día tras día en la oficina sin tener el valor o la ocasión de invitarte a cenar fueron una tortura lenta y cotidiana, y aún me hago cruces de que aceptaras la invitación de aquel hombre gris que llevaba la derrota pintada en la cara...fueron duros los principios, pero también las mitades y los finales, para qué engañarnos, si estuviera engañando a mi propio diario sería cuestión de visitar asiduamente a un psquiatra...aquel niño tuyo lo complicó todo, aquel microbio moreno y astuto que te manejaba como quería y que me hacía sentir un extraño en nuestra propia casa. Me sentí siempre desplazado, intrusivo, un malvado que quisiera dividir para siempre el corazón de la casa...el amor no es cosa fácil, o mejor dicho, puede ser muy fácil, llegar sin previo aviso y atravesarte, o puede necesitar ser cocinado durante veinte o veinticinco años, y ni siquiera borrar los rencores y las viejas inquinas adquiridas en la infancia...pero aún así nos queríamos, ¿no? Cuantas más estrecheces, más celos y más discusiones más nos deseábamos, será que un poquito de conflicto le viene bien a las relaciones, no sé, no soy un pensador, pero lo vi en una de esas series que me hacías tragar cuando no teníamos ganas de follar...es mi diario, y puedo ser grosero si me da la gana, no tengo que rendir cuentas ante nadie, mi diario es mío y solo lo leerás el día que me muera, y punto, no hay más que hablar.







23 de abril de 2039:

No fue nada fácil al principio, aunque yo sabía que me lo ibas a pedir mucho antes de que te decidieras, aquella mirada tuya no dejaba nada en secreto. Si quieres saber la verdad asustaba un poco, o mejor dicho, habría asustado a otra mujer más timorata que yo, que ya estaba curada de espantos, me parecías más o menos como todos, egoísta y gentil, pero con fuego en la sangre, y perdona por el topicazo, lo habré leído en alguna parte...me sacaba de quicio tu actitud hacia mi hijo, sí, no digo nuestro hijo, digo mi hijo, porque tú nunca lo quisiste, no tenías nada de paciencia, no tenías ni puñetera idea de cómo tratar a un niño, perdona el exceso verbal, pero nada podía hacerle, porque aquello iba con tu carácter, y a según qué edades mejor aceptarse uno tal como es, porque los otros caminos no son más que maneras gratuitas de sufrir. Menos mal que luego llegó la pequeña y lo dulcificó todo, menos mal que os distrajo de aquella guerra fría que teníais entre los dos...no sé cómo pude llegar a enamorarme de ti, porque a pesar de tus muchas cualidades mira que podías llegar a ser ruin y despreciable cuando te lo proponías, y celoso, que aquello se me hacía difícil de soportar, era como haber llegado a los cuarenta con el padre metido en casa y refunfuñando porque la niña llegaba tarde, un horror, eras insufrible, y...y cómo te quería, parecía el mundo al revés, cuantas más estrecheces, más celos y más discusiones más nos deseábamos, la cama obraba en nosotros un efecto milagroso, terapéutico, y cuando lo hacíamos me removías toda por dentro, me hacías olvidar toda la tensión acumulada por los años, me hacías sentir liviana, ligera,  ligerita como el viento, y...menos mal que estaré muerta cuando leas esto, me está dando un poco de vergüenza...qué más añadir...ah, sí, que ayer leí una frase de Gabo, una frase magnífica, ¿sabes cuál, quieres leerla...? "Los laureles del amor no están hechos para dormirse en ellos, sino para joderse juntos". Real como la vida misma. Lo que hubiera dado por conocer esa frase poco después de haberte conocido...mi amor...







Registrado en Safe Creatives, número de código 1405060804879.
Todos los derechos del texto reservados.



dissabte, 2 de gener del 2016

haikús vol.12

Ventanas amplias
corazón desbocado
luz veraniega






Cañones mudos
víctimas olvidadas
paz duradera






Abanico gris
miradas transversales
conspiratorias






Amor matinal
beso almibarado
labios húmedos






Sexo furtivo
felicidad prestada
ego colmado