divendres, 20 de desembre del 2013

poemas en clave de tuit vol.2

El alba se filtraba a través de la ventana, otro bello amanecer pegadito a ti en la cama. Miré tu cuerpo bronceado, dándome la espalda, tus curvas familiares en forma de guitarra. Pasé casi dos horas mirándote en secreto; placer convexo, paraíso confeso, espejo del alma del sexo.








Así quiero tenerte, así quiero sentirte, sin voyeurs ociosos que puedan inmiscuirse; alejados de miradas incómodas e impertinentes, así quiero deshojar tu resistencia impenitente. Tranquila, te lo juro, no será para siempre…lo sé, es extraño, roza el sinsentido; es que rodeado de gente, no siempre soy yo mismo. Extraño debe ser, el modo en que he vivido, para haber llegado a ser, un rebelde manso, un suicida cauto, un vicioso virtuoso, y un tímido extrovertido.


El foco despierta, sin vuelta de hoja, comienza el exorcismo, negación de la derrota. La luz tenue ilumina el humilde escenario, me convierto en mente y dedos, viajero sedentario. Cuántas horas habrán muerto, cuántas horas habrán sido, aquí solo, esperando, hablando conmigo mismo.








El Sol se hundía en el Mar, como una burbuja anaranjada, la brisa barría la arena, aguijoneándome la cara. Pedí un deseo, muy simple, quedarme eternamente mirando el cielo, contigo cerca, muy cerca, curándome los celos; el viento, una caricia, el Sol, purpurina en tus cabellos.








(Meditaciones en una playa nudista). Me vino el pensamiento, y ya me había reído; me pregunté fugazmente qué nos habíamos creído. Amos de la Naturaleza, dueños del mundo conocido, reflejos de un Dios que hace tiempo que se ha ido; seremos inmortales, viajaremos al espacio, no está en mi ánimo decir lo contrario. Y no por eso dejaremos de ser, lo que siempre hemos sido; y es que no hay nada más grotesco, nada más primario, que ser un simio con el culo partido.








Te quiero, y no me lo explico; será que ahora el deseo viaja con el viento. Te he pintado mil veces con las acuarelas de mi mente; cambiaba el rostro, cambiaban los ojos, amor mil veces diferente. Un espíritu variable precisa de rostros intercambiables...algo con lo que sobrellevar tu presencia inexistente...algo con lo que sobrevivir a una vida intrascendente; el reino de la imaginación gobierna mi mente, y ahí te encuentro a ti, en mil posturas diferentes…y me ensalzas, me dominas, me aborreces, te sometes…y las imágenes son tan intensas, tan ricas en matices, que a veces consigo olvidar, que sigo sin saber quién eres.








Guardaré donde pueda la sombra de mis dudas, de mis odas monumentales a la incompetencia suma. Es que me gustas, eres guapa, como una mixtura; labios de negra, ojos de india, rubia como el trigo, te miro dos segundos y se me pone dura. Vivir sin ti, es un viaje a la locura.







Las soledades no pretendidas acostumbran a ser duras, pero las urgencias hirientes desconocen las premuras. Casas vacías incitan a la locura, y todo son cábalas, insomnios, proyecciones absurdas... ¿qué es lo que queda, qué es lo que perdura…? ¿Son los besos, los versos, los raros instantes de bondad pura? ¿Las puñaladas, los laberintos, el desprecio grabado en las miradas mudas? Quizás sean los secretos, la intimidad descarnada, espiada torpemente por el ojo de la cerradura.






  
Tengo la solución para este mundo que agoniza. A cubierto de bombas, de balas, de ondas radioactivas. Nuestra respuesta airada a esta estafa a gran escala. Crearé una burbuja y te invitaré a que pases dentro. Contemplaremos resignados la abdicación del tiempo. Juntos, mi vida, viviremos el momento.




 



Te asocio a una casa de verde fachada. A un jardín de flores perfumadas. A un olor mestizo de agua de rosas salada. No me juzgues duramente, borra el odio de tu cara. Te recuerdo desnuda, apoyada en la ventana, y ese recuerdo dolía y abrasaba. No en vano eras mi cruz, y eras mi esperanza.






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dissabte, 7 de desembre del 2013

2113

Año 2113. Los tratados en materia de ingeniería genética en la cumbre de Beijing de 2050 habían creado toda una gama de cruces genéticos fantásticos, y cualquiera que se diera una vuelta por el planeta Tierra a día de hoy tendría la sensación de haberse perdido en el rodaje de una película de Star Wars, o en un planeta fronterizo donde todas las razas de la galaxia tienen su representación, tales son las extravagantes formas que han llegado a adquirir los seres vivos de nuestro mundo. Un grupo de ellos, que trabaja en la construcción de un pozo acuífero al lado de una de las últimas zonas boscosas del planeta, hace días que está alterado, a causa de la extraña aparición en el bosque de una criatura extraña, una de las últimas humanas no modificadas, que suele pasear por las tardes entre las hayas del lugar. Ansiosos por acabar la jornada laboral, la última hora se les hace eterna, y en cuanto suena la sirena se reúnen en el sendero que conduce al bosque para esperar a la “Extranjera”. El primero en divisarla es el Hombre de Gelatina, una masa blandengue de fluidos azules con un cabezón enorme, que la ve entrar como de costumbre por uno de los laterales de la arboleda. Los cinco se ponen en marcha; el Hombre de Gelatina va primero, líder implícito del grupo por ser el que tiene la cabeza más gorda, seguido del Pulpo Amarillo, experto en manejar las palancas de la maquina de extracción. Tercero va el Androsauro, que ejerce de psicólogo laboral, cuarta la Serpiente Trepadora, encargada de explorar los conductos de ventilación, y por último Escaqueado, un impersonal personaje de materia dúctil y lilácea al que nadie en la explotación ha encontrado todavía una utilidad demostrable. Los cinco penetran en el bosque, siguiéndola a una distancia prudencial. Es un bosque hermoso, el último hayedo del planeta, donde la luz rebota contra las hojas y juega a dibujar sombras en el suelo, manchas oscuras que cambian de forma según la dirección del viento. La chica también es hermosa; tiene el pelo naranja, algo modificada sí que está, y largo, y se lo recoge en una espesa cola de caballo. Va tranquilamente vestida con una camiseta azul y unas bragas rosas, hace tiempo que la gente del planeta no se fija demasiado en esas cosas. Lleva algo bajo el brazo, algo así como una caja, los cinco engendros llevan días preguntándose qué podrá ser…de repente ella se detiene, no se ha dado cuenta de que la siguen, ser entes gelatinosos tiene sus ventajas, se tumba boca abajo en el suelo y abre la caja…sus perseguidores se asombran, se miran unos a otros asustados, ahora saben lo que es, es un libro, un libro, han visto libros en películas de época y en algunos documentales. Cinco largos minutos pasan observándola, todos menos Escaqueado, que está agachado detrás de un árbol con las manos en la cabeza, y poco a poco empiezan a hablar entre ellos: “Un libro”, “un libro”, “está leyendo”, “qué chica tan extraña”, “qué extraña”, “¿está leyendo o en realidad lo hace ver?”, “qué chica más rara”, “¿se lo preguntamos…?”. Los cinco avanzan lentamente, temerosos de asustarla, y mientras ella continúa leyendo, ajena al hecho de que, por vicisitudes de la historia y de las costumbres, se ha convertido en un bicho raro.




Ilustración de OROPIS



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