La Luna se desmoronaba
en astillas de hielo,
cubriendo de escarcha
los bordes del camino.
Tu mano se asió
fuertemente a la mía,
buscando asilo
ante la red del miedo.
El bosque entonó
un coro de aullidos,
paisaje congelado
de oscura fantasía...
...lo que ocurrió allí,
tras la tela de araña,
nos cambió a ti y a mí,
vagabundos del invierno...
...lo que allí aconteció,
tras los piélagos de espinas,
pertenece al mundo corcovado
de los sueños.
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Perdidos bajo la luna para encontrarse hacia el infinito. Muy bello.
ResponEliminagracias por tus comentarios, Albada, tb son muy bellos. un abrazo
Elimina"La Luna se desmoronaba en astillas de hielo..."
ResponEliminaPrecioso poema :) Besos
Lo que ocurrió allí sirvió además para un espléndido poema.
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