diumenge, 14 de juliol del 2013

son los celos





Me callé mis celos, aparenté aceptar una por una las reglas del juego. “Soy libre”, me dijo, “soy muy joven y soy libre”, y ante tanta sinceridad lo único que pude hacer fue lanzarme a por sus labios, caer rendido a su lado en la cama como si me hubiera fulminado un rayo. Una vocecita en mi cabeza me lo advertía, era tan insistente que me costaba concentrarme, me decía que no estaba preparado para algo así, que mi carácter acabaría traicionándome, pero se estaba muy cómodo entre aquellas sábanas, cegado por la luz que desprendía su cuerpo. Al siguiente sábado entramos en un bar, saludamos a sus amigos, estaba tan orgulloso que poco me faltaba para gritar nuestro encuentro a  los cuatro vientos…me sentía el hombre más afortunado del mundo, hasta que llegó el otro…más joven, más guapo, interesante no sólo por eso, sino por ser de su mismo gremio, un artista extranjero viviendo su cuota de bohemia, y me escuché a mí mismo como desde la otra punta de la calle, balbuceando ruegos lastimeros, “vámonos a casa”, y me contestaron, “yo me quedo”. No había nada que echar en cara, nada que me permitiera desahogarme, y volví caminando y llorando a mi casa para encerrarme en mi habitación, sin consuelo posible, porque la culpa no la tuvo nadie. Daba vueltas en la cama, hecho un ovillo, tardé un día en levantarme, y no hay mucho más que explicar. Son los celos.



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5 comentaris:

  1. els celos! quin gran tema, hi ha una canço d'albert pla que en parla molt be!

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  2. Los celos... síntoma, enfermedad, tan dolorosos, tan necesarios, tan reales cuando se ama... Me ha gustado tu relato y estoy disfrutando del blog. Me pasaré por tu casa virtual de vez en cuando. Un saludo.

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  3. Pues sí, son los celos y la impotencia de no poder hacer nada. Solemos pensar que los demás son nuestros, pero no, son suyos. Buen micro, de prosa ágil y con un poco de poesía como aderezo (cegado por la luz que desprendía su cuerpo). Besos y feliz finde.

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  4. Muy buen relato que toca un tema que levanta ampollas. Hay muchas formas de racionalizar los sentimientos para sujetarlos y poder amar a una persona dejandole su espacio sin tratar de controlar su vida. Las personas no son juguetes propios, son compañeros de viaje y que el viaje sea largo depende de la madurez de cada cual y de la confianza y libertad que se de la pareja. Es un tema muy difícil para muchos que arruina muchas relaciones y provoca numerosos conflictos. Un saludo.

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  5. Bonito relato, Javi y la fotografía que lo acompañaba: como anillo al dedo ;-)
    Un abrazo.

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